Dismenorrea primaria y secundaria: el tratamiento médico
La finalidad principal del tratamiento de la dismenorrea primaria y secundaria es el alivio del dolor.
Fármacos antiinflamatorios no esteroideos: Los AINE suelen ser la terapia de primera línea para la dismenorrea y deben prescribirse durante, al menos, tres meses. Si los AINE solos no son suficientes, los anticonceptivos hormonales pueden combinarse con estos. Los AINE son fármacos que actúan bloqueando la producción de prostaglandinas mediante la inhibición de la ciclooxigenasa, una enzima responsable de la formación de prostaglandinas. Los AINE (aspirina, naproxeno e ibuprofeno) son muy eficaces para reducir el dolor menstrual. Reducen los calambres menstruales y pueden prevenir otros síntomas como náuseas y diarrea. Los AINE reducen los fuertes dolores en mujeres con dismenorrea primaria. Con la disponibilidad generalizada de AINE, la gestión de la dismenorrea ha mejorado notablemente.
Anticonceptivos orales: Los anticonceptivos hormonales (AH) actúan suprimiendo la ovulación e inhibiendo la proliferación endometrial. Los AH proporcionan alivio casi inmediato de los síntomas asociados con la menstruación: menstruaciones abundantes y dolorosas, y sangrado irregular. Además, los AH se utilizan a menudo como medicamentos terapéuticos para mujeres con menorragia sintomática o endometriosis. La eficacia de la terapia AH se ha demostrado en numerosos estudios de literatura para el tratamiento de la dismenorrea, independientemente de la vía de administración (oral, transdérmica, intravaginal o intrauterina). El uso continuo de AH se puede considerar para tratar la dismenorrea primaria, con dos ventajas principales: la reducción de los trastornos menstruales y la mejora del alivio del dolor en las mujeres. La elección entre el uso combinado de AH y la progesterona debe estar guiada por el alivio del dolor del paciente, la tolerancia de los posibles efectos negativos, en particular relacionados con la frecuencia de sangrado y el aumento de peso, y el riesgo basal de tromboembolia venosa.
Progestágeno: El tratamiento hormonal con solo progestágeno produce un beneficio sobre el dolor menstrual, causando atrofia endometrial e inhibiendo la ovulación. Diferentes anticonceptivos que contienen progestágeno de acción prolongada se utilizan como tratamientos efectivos para la dismenorrea primaria. Estos incluyen 52 mg (20 μg/día) de liberación de sistema intrauterino de levonorgestrel y el implante subcutáneo que libera etonogestrel.
Por lo tanto, la dismenorrea primaria y secundaria nunca debe ser ignorada ni debe considerarse como característica fisiológica que hay que aceptar. Es aconsejable consultar a un ginecólogo, realizar los exámenes necesarios y establecer un tratamiento adecuado, ya que a menudo el dolor en sí mismo puede causar estrés crónico y provocar una serie de trastornos que pueden afectar al bienestar psicofísico de la mujer.
Las posibilidades terapéuticas derivan de las diferentes acciones sobre los mecanismos fisiopatológicos; pueden proponerse métodos con objetivos sintomáticos. La elección inicial de la terapia se basa en la intensidad del dolor, en si se desea o no anticoncepción y en la repercusión del dolor sobre la calidad de vida de la paciente.
Bibliografía
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Prof. Stefano Luisi, MD, PhD
Associate Professor of Obstetrics & Gynecology
Department of Molecular and Developmental Medicine
University of Siena